Toni Catany

Toni Catany
Toni Catany

«Les fotos que faig són autobiogràfiques tant si és d’un cos com d’un melicotó. Quan necessit expressar-me, les fotos que faig m’han d’entrar pel cor»  Toni Catany.

El dilluns 14 d’octubre de 2013 ens va deixar el fotògraf mallorquí Toni Catany , seleccionat per la revista Life com un dels 100 millors fotògrafs del mon.  Una breu biografia de Toni Catany   (Llucmajor, Mallorca, 1942 – Barcelona, 2013) es accessible a aquest link.

Aqui podreu trobar una recopilació de entrevistes i treballs:

Fotografies
Entrevistes
Antonio Cabello – Confidencias de Toni Catany, Un clásico moderno.
Carta oberta al Consell
“El Temps i les coses”
Les fotografies de na Maria del Mar Bonet

Fotografies

Entrevistes

Per conèixer-lo una mica, aquí varies de les entrevistes i articles que podem trobar per la xarxa:

http://www.enderrock.cat/noticia/8550/toni/catany/ulls/artista  …Resum del article publicat el 2013  per la revista “enderrock” i actualitzat despres de la seva mort . .”… La primera vegada que va retratar un artista va ser a final del 1965, i va ser una joveníssima Maria del Mar Bonet…”

http://platofotografico.blogspot.com.es/2010/06/toni-catany-la-excelencia-en-la.html … entevista de Julia Màrquez al 2010 durant la seva darrera visita aVenezuela

“… Con la fotografía me resulta fácil expresar mis sentimientos. La obra fotográfica que hago es un poco autobiogràfica …. lo que en realidad me interesa es poder expresarme a través de la fotografía. Hay épocas en que no tengo nada que decir y no hago fotos, no pasa nada y cuando tengo un tema desarrollado, una necesidad de crear imágenes, entonces lo hago…”

Antonio Cabello, Confidencias de Toni Catany…

Una de les mes detallades, va ser la que li va fer Antonio Cabello – Confidencias de Toni Catany, Un clásico moderno.

“……

“Lo que me preocupa más es el tiempo que me queda”

En la obra de Toni Catany nada es fortuito. Técnica y arte se hermanan para transmitir la bondad de un artista que deja marcada su impronta. Bodegones florales o frutales, retratos, desnudos, composiciones, etc. son géneros a los que recurre el autor, pero su personalidad siempre se deja sentir, compartiendo magisterio con artistas que se emplean en otras disciplinas. Su obra no necesita discursos añadidos para cautivar, emocionar, convencer o deleitar. Toni se manifiesta con la libertad del creador, todo se encuentra resumido en cada una de sus piezas donde exhibe una sensibilidad profunda y cautivadora evocando la sensualidad de la que sale siempre airoso y reflejando pinceladas de luz tenues pero precisas en una perfecta conjugación de los matices que definen a un autor capaz de conseguir un Premio Nacional de Fotografía y dignificar esta disciplina como, una más, entre las bellas artes, para ello no recurre a fórmulas fáciles de obtención de imágenes; una vez madura la creatividad del motivo lo llena de personalidad y lo envuelve con su tratamiento particular. El resultado siempre es magistral y su cotización espléndida.

Como autor no precisa el recurso a su reconocimiento por parte del Ministerio de Cultura ni otros galardones y premios merecidamente obtenidos para dotar a su obra de identidad. Su firma ha conseguido un carácter propio apoyado en la autenticidad.

En Catany todo es verdad, entrega y emoción. Es uno de los pocos y auténticos maestros del arte contemporáneo que expresándose con la herramienta fotográfica, posee ese don innato, esa capacidad para expresar sus más profundo sentimiento exteriorizando sus emociones, compartiéndolas, todo ello, sin recurrir al empleo de la fórmula “habilidad y paciencia” para recoger imágenes sueltas de la realidad cotidiana.

Emplea la técnica sin que ésta le obsesione o venga a dominar el resultado. Por el contrario, deja los aspectos técnicos en un segundo plano para no estorbar el resultado, lo que le permite utilizar diversos recursos con soltura y naturalidad y en esas manifestaciones de plasticidad queda siempre un poso de su magisterio.

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Los comienzos

Este artista mallorquín enamorado de la fotografía desde niño, recuerda que desde siempre deseaba una cámara de fotografiar y aunque se la regalaron de juguete se obstinaba en una de verdad “estuve pidiendo una maquina durante años y finalmente un pariente mío me la trajo de Estados Unidos en un viaje que hacía de Colombia a España pasando por Nueva York donde me compró un cajoncito, era una kodak Brownie”. Con esa cámara hacía lo que podía, aunque “me era imposible realizar retratos con primeros planos, de manera que me veía obligado a pedir consejo al fotógrafo de mi pueblo Tomás Monserrat que llegó a cansarse de tanta consulta y tuve que aprender por mis propios medios”.

Un curso por correspondencia le permitió que entrara de lleno en el mundo fotográfico siendo la única formación que recibió. Sin ninguna relación familiar con el mundo de la imagen Catany nos dice que en su memoria queda el retrato de su padre, que era zapatero, disfrutando en su quehacer diario haciendo zapatos y “de ésta imagen aprendí que hay que disfrutar de lo que a uno le guste” y sin duda “mi pasión es la fotografía”. Apasionado, intuitivo y autodidacta, realiza una larga singladura hasta introducirse y llegar a ser conocido en todos los ámbitos fotográficos. Desde sus principios ha estado vinculado a la revista Arte Fotográfico, “no recuerdo como ocurrió, me puse en contacto con Barceló y le dije que era de su pueblo, Llucmajor, y que estaba haciendo fotos, que acababa de regresar de Egipto y de Israel, publicándome una de esas fotos en portada, fue una de mis primeras publicaciones”.

Mis principios se remontan a cuando llegue a Barcelona para estudiar Ciencias Químicas, “conocí a personas que enteradas de mi afición y al darse la casualidad de que acababan de montar una editorial por lo que me ofrecieron un sitio en la redacción, era una editorial que necesitaba muchas imágenes ya que se comenzaban a lanzar las enciclopedias, en ese período estudiaba y trabajaba haciendo las fotos, y con mi paga semanal pude comprarme una Nikkormat y una Hasselbland, a partir de este momento empecé a realizar mis fotos para la editorial al tiempo que iba perfeccionando mi propia obra”.

Sus comienzos se relacionan con la fotografía editorial y por aquella época; “conozco al periodista Baltasar Cortell que me propone dos encargos; uno que consistió en hacer fotografías de las Islas Baleares y el otro fue la guerra de los seis días entre Egipto e Israel, pidiéndome que le acompáñese para ilustrar su artículo. Le acompañe y no fue precisamente fotoperiodismo lo que hice, era más bien ilustración documental, que es realmente lo que sigo haciendo hasta ahora en todos mis viajes, cojo la cámara y hago fotos de lo que veo, al cabo de un tiempo observo que tengo suficiente material como para hacer un libro y mientras en ese período también he hecho fotos para ganarme la vida, que pueden ser portadas de discos o para alguna revista ya que hago mil fotografías, de bodegones y de otros temas que me interesan”.

El método de trabajo

Pero Toni que siempre mantiene una rabiosa y frenética actividad habla de procesos y procedimientos valorando los resultados finales, abierto a cualquier disciplina que le aporte los resultados apetecidos, dice: “A mí me ha importado siempre el color ya que me interesa mucho, sin embargo la diapositiva no me ha gustado nunca por ser muy crítica al contrario que el negativo que posee una latitud mucho mayor, con tonos más pastel y a su vez se reproduce sobre un papel que puedo tener en mis manos. Hace más de diez años me pase a la fotografía digital y el motivo principal es que al ver fotos en color obtenidas por este procedimiento me parecieron una maravilla, es precisamente por el color por lo que me interesé en la fotografía digital, en él, había una traducción de colores que en el negativo, ni en el positivo, ni en las diapos, ni en nada, hasta ahora, había visto. Ya que los blancos nunca eran puros, tenían unas dominantes o violetas o ¿no sé qué? pero el blanco y el gris casi no existían, siempre estaba el color del soporte de por medio y cuando vi el digital, con aquellos rojos, los rosados, aquellos blancos, aquellos grises, eso era lo que me fascinaba y pensé ¡esto me interesa!”.

De su intenso trabajo, bodegones, retratos, desnudos… dice quedarse o con nada, o con todo, la exposición recientemente colgada en Madrid vuelve a ser en blanco y negro “me fascina como me han positivado copias al platino, que son una joya, nunca lo había hecho y me interesa porque ofrece una gama de grises y de negros que es una maravilla, en esta serie hay bodegones muy recientes en los que vuelvo al blanco y negro, aunque otras veces empleo el color, depende de lo que necesite y por tanto no me quedo ni con blanco y negro, ni con color, realmente no lo sé, depende de la necesidad del momento”. “Contaré que tengo un libro sobre Venecia, he hecho probablemente unos veinte viajes y en un principio hice blanco y negro, luego otras cosas y nunca quedaba satisfecho. En ese momento me había pasado al digital e hice fotos con él y por primera vez me gustaron las fotos o sea la traducción de lo que yo veía a lo que podía positivar en el papel me daba el resultado que yo deseaba, que era un color apastelado, era el color que yo encontraba en Venecia y que quedaba traducido muy bien en las copias y fui para hacer las fotos para esta serie expresamente en blanco y negro porque ya sabía que se convertirían en platinotipias”.

Toni Catany ha creado su propio estilo, lo que no le condiciona para ofertar siempre calidad en sus trabajos. “Yo lo que tengo es que estar contento conmigo mismo, si no me apetece hacer un trabajo, no lo acepto y cuando me apetece significa que lo voy a hacer con gusto”.

“En mi opinión todo lo que se hace con ganas da buenos resultados”. Sobre la técnica de sus bodegones vanguardistas, Toni insiste en que simplemente trata de hacer algo que le guste y con lo que se sienta identificado “este género hace años estaba muy desprestigiado y me apetecía hacerlo, después de realizar muchos reportajes me encontraba bien en casa, y decidí investigar e incorporar una serie de elementos nuevos como los plásticos, vidrios rotos, flores marchitas o secas y frutas que se empezaban a pudrir. Elementos que en mi opinión son puramente fotográficos y no pictóricos”.

Pero estos bodegones parecían estar inspirados en los renacentistas…

“Cuando comencé a hacer mis bodegones no me inspiré en nada en concreto, trataba de renovar el género que se daba en la pintura, a través de la fotografía utilizando otra técnica más moderna y actual. Para lograrlo empleé como registro el negativo en color ya que es una cuestión de resultados. Para este trabajo concretamente buscaba unos tonos pastel, me interesaba un papel mate y una traducción de colores que me da el negativo y no la diapositiva. No obstante empleo diapositivas en mi trabajo editorial, donde muestro imágenes cotidianas y detalles en los que cualquiera pueda fijarse mientras pasea tranquilamente, por eso nunca busco encuadres especiales tomados desde un sexto piso. Lo que pretendo es que al ver una foto el público piense, ¡paso por aquí cada día y nunca me había fijado en lo bonito que esto era!”.

Sentimos curiosidad por conocer su estudio, el material fotográfico que emplea etc., y le indicamos que describa su lugar de trabajo… Toni nos dice que “mi estudio no parece el de un profesional, sino el de un aficionado, generalmente cuando trabajo no suelo utilizar flashes, trato siempre de aprovechar al máximo la luz natural, pero si esto es imposible trabajo con focos. Y eso sí, lo más importante es que para cada tipo de trabajo hay una cámara, en el estudio tengo una réflex de paso universal, una 6×6 y una cámara de placas, con la que no trabajo normalmente…”. “Al principio comencé haciendo bodegones casi sin darme cuenta, lo primero que hago de forma personal son los calotipos, los calotipos requieren una exposición tan larga que me veo obligado a recurrir al bodegón, me doy cuenta de que en el bodegón meto mucho más de lo que parece, que me encuentro muy bien y que hay una elección de elementos de preparación que es donde yo me muestro a mí mismo, a través de los objetos que voy fotografiando, por decirte de algún modo el bodegón está más meditado a través de la técnica del calotipo, pero esto me limita en según qué cosa. Empleo una cámara de formato 6×6 y continuo en blanco y negro realizando bodegones, después descubro el color e inicio otra serie para cambiar al paso universal y resulta que el bodegón lo hago dentro de un rectángulo en vez de en un cuadrado. Además utilizo otra técnica que es el polaroid transportado y los bodegones que antes no podía hacer en color, digamos con el calotipo, ahora con el polaroid transportado dentro del rectángulo los hago en color abandonando el blanco y negro, procedo en 35mm, lo proyecto en el polaroid y lo transporto y nunca lo amplio”.

Expresar sentimientos

El resultado de su obra no siempre responde al proyecto inicial, “los desnudos por ejemplo fueron idealizados en color y al final son monocromos”. Interesados en conocer cómo surgió la idea del desnudo después de diez años trabajando en bodegones: “tenía demasiada facilidad para hacer bodegones y me estaba repitiendo. Cada vez me costaba más trabajo hacer un bodegón original y pensé que ya había llegado la hora de cambiar, a partir de un encargo de una institución francesa, para su colección de desnudos. El encargo consistía en interpretar los textos que yo eligiese de Jean Jeanette, que hablaban sobre el cuerpo. Este trabajo nunca llegué a realizarlo, me parecía demasiado complicado, aunque me condujo hacia mi propia interpretación sobre el cuerpo”. “Ahora vuelvo al bodegón, el digital en blanco me lleva a estos positivos en platinotipia y cada vez voy buscando cambios de técnica aunque sigo utilizando mis propios elementos, es decir expresando mis sentimientos a través de los objetos, la cosa no ha cambiado, solamente cambio la herramienta pero no los sentimientos y aunque el resultado es diferente, porqué si no, seria aburridísimo seguir haciendo lo mismo”, “el hecho artístico para mí tiene que venir de dentro y exteriorizarlo a través de una composición musical, o de unas pinturas y son las propias vivencias las que se manifiestan a través de lo que sea y creo que no puede cambiar, es decir cambian las personas y por eso se escoge la forma de manifestarse, quise ser pintor pero descubrí la fotografía y como soy científico he disfrutado tanto con ella que se me pasaron las ganas y las ideas de pintar”, no obstante de alguna forma Catany es pintor, pintor de luces sensuales, cremosas y apasionadas que dan como resultado composiciones muy pictóricas.

“¡Sí! y también poéticas y todo lo que quieras, me es igual, pero yo lo que tengo que mostrar a través de mis fotos, es como soy y no las cosas que me vienen de afuera. Hay gente joven que han aprendido en escuelas como hacer las fotos, tienen una técnica extraordinaria y no saben que fotografiar, hay que tener unas vivencias y exteriorizarlas a través de la obra”.

Sobre su manifestación artística enclavado en el pictorialismo se deja oír “pictorialista, no, lo que pasa es que me interesa la pintura y he utilizado técnicas que son como muy pictóricas pero sí estas se parecen o recuerdan a la pintura, pues, ¡sí! y ¡no! también me da igual”, los años 70 marcan un tipo de fotografía que trata de salirse de lo establecido, la fotografía conceptual, el todo vale, etc. los pictoralistas están pasados y sin embargo actualmente todo cohabita mucho mejor ya que hay espacio para todos. “Pienso que, sí, que convive todo mucho mejor, hay cosas que se ponen de moda, estoy en ese mundo aunque sin apuntarme a ninguna corriente, recuerdo cuando se puso de moda la fotografía nocturna y muchos hicieron fotografía nocturna, conozco los orígenes de esta tendencia ya que estaba allí, no me interesó, y aunque hubo quien siguió la moda, también ésta desapareció yo mientras tanto he seguido con mi trabajo, lo que hago es para mí disfrute y si luego le gusta a los demás, pues mucho mejor, pero todas estas cosas no me han influenciado en absoluto, lo que sí me he hecho o he procurado hacerme es de una cultura fotográfica, ¿que se hacía en el mundo y que se había hecho?, por eso tengo una biblioteca importante que hay mucha gente que ni se enteran o se enteran muy poco”. “Hay que poseer vivencias y luego exteriorizarlas ya que soy de la opinión de que deben de pasar los sentimiento a través del corazón y salir por la cabeza ¡y, ya está! pero todo lo demás, todas estas modas e influencias y los teóricos que escriben sobre esto, pues no, no me interesan demasiado”.

Por consiguiente existe más la verborrea que la cultura fotográfica…

“A partir de los cuarenta años, sabía lo que me gustaba y lo que no me gustaba, por lo que ya pueden venir comisarios, intelectuales, o quiénes sea y que me digan que aquello es una maravilla, que sí a mí no me gusta, ¡no me gusta! y no lo puedo evitar y ¡ya está!. En cambio hay cosas que me parecen maravillosas, porque hay gente que hace cosas maravillosas, y sí me gustan, me gustan y sí no me gustan, no me gustan y no necesito, esto del comisario, es un trabajo muy respetable pero que bueno…”.

“Un crítico francés dijo de mí, que yo era un clásico muy moderno, el otro día pensaba ahora ya soy un clásico, clásico, ya no soy moderno porque no sé qué debería de ser para ser moderno, pero me importa un rábano ser moderno o no, lo que me interesa es continuar disfrutando y continuar haciendo las fotos que me interesan hacer, yo no me planteo ¿sí soy, moderno o antiguo?.

Un Centro Internacional  de Fotografía

“Hubo un cura que también fue maestro en el pueblo, Llucmajor, que por cierto lo fue de Ignacio Barceló, Tomás Monserrat Ginard que editó un libro que fue una de las primeras monografías de fotografía que se editaron en España “Tomas Monserrat retratista del pueblo”, su afición se remonta a los años de seminario.

Pues bien, se puso en venta la casa de Tomás Monserrat, colindante con mi casa paterna y surgió ¿qué bonito sería que con mi casa y la casa de Tomas Monserrat se hiciera algo?, ¡una fundación! y alguien lo propuso al ayuntamiento y les pareció muy bien, en esas conversaciones les ofrecí ceder todo lo que tengo; la biblioteca, la colección de fotos, mis negativos, mis positivos, es decir todo y por supuesto hasta mi casa. La única condición es que se haga un Centro Internacional de Fotografía, con actividades en Mallorca que es un lugar muy adecuado para hacerlas, se aceptó y se consiguió por medio del Ministerio de Turismo cuatro millones de euros, hace 6 años y se compró con dinero de la Unión Europea la casa del cura y a estas alturas aún no se ha creado la fundación, está todo dispuesto excepto que hay en una cuenta ingresados 15.000 euros del Consell de Mallorca y faltan otros 15.000 del ayuntamiento de Llucmayor que no llegan. Se ha inventariado mi legado y valorado, alcanzando una cuantiosa cifra en su tasación y cuando decidan continuar posiblemente será la primera fundación que se haga en España de un fotógrafo. Sobre todo lo que yo recalco siempre, es que tiene que ser un centro divulgativo. He conocido a fotógrafos de todas las partes del mundo  muy interesantes que vendrían a dar una clase de fotografía. Soy consciente en que estamos en un tiempo de crisis fuerte, pero se puede comenzar con un pequeño espacio para poder presentarlo y empezar con las actividades…”

Está por llegar la obra maestra

“¡No!, no creo en la obra maestra, creo en la obra de toda una vida, es decir en el conjunto de la obra y en ese conjunto puede haber cosas mejores y peores es en definitiva en ese conjunto en el que creo ya que si la obra maestra no ha surgido en cuarenta años no va a surgir ahora tampoco y ni me interesa”.

“Ahora, me estoy haciendo, por mi cuenta, siete libros a punto de imprimir, pero de un solo ejemplar, para satisfacción propia, los enseñaré a los amigos, algunos son sobre la india, (como siempre una mezcla de todo, sin textos), escritos con imágenes porque los libros de fotografía no necesitan texto, ni ninguna foto debe de necesitar texto, malo será si lo necesita”.

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….”

Carta oberta al Consell

Malgrat que no va poder veure en vida el seu projecte de Fundació-Centre Internacional de Fotografía, esperem que vegi la llum. Us deixem amb la carta oberta que va dirigir Toni Catany al Consell de Mallorca, en relació a aquest projecte,

“El Temps i les coses”

i amb el documental “El Temps i les coses”

Les fotografies de na Maria del Mar Bonet

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